Recuerdo estar el año pasado de vacaciones, en el departamento del Tolima a 30 m.s.n.m. En enero. Cuando llegue a mi lugar de veraneo, mucha gente me informó que estaban sufriendo de Chikungunya, La fiebre chikungunya es una enfermedad vírica transmitida al ser humano por mosquitos. Se trata de un virus ARN del género alfavirus, familia Togaviridae. “Chikungunya” es una voz del idioma Kimakonde que significa “doblarse”, en alusión al aspecto encorvado de los pacientes debido a los dolores articulares. En ese entonces pues me pareció otra epidemia más, quizás no tan letal como la fiebre amarilla o la H1N1 mal conocida como la fiebre porcina. Un año después volví de vacaciones al mismo lugar, debo aclarar que regularmente vivo en una zona más alta y por la latitud de mi país, fría. Cuando arribe anunciaban un nuevo padecimiento. El Zika es similar al dengue, la fiebre amarilla, el virus del Nilo Occidental y la encefalitis japonesa. Se transmite tras la picadura de un mosquito del género aedes, como el Aedes Aegypti, que causa el dengue. Y por qué no, similar al Chikungunya.
Mi esposa rápidamente asoció estos dos eventos y un cartel publicitario de Dolex (acetaminofén con marca y más costoso que el genérico o sin marca). Que se ofrecía como único elipsis para tratar el Zika y anteriormente el Chinkungunya. Y dio un dictamen final: estas son enfermedades creadas en laboratorio y tienen como finalidad vender medicamentos. Ella se baso en el siguiente argumento:
“Las enfermedades aparecen en las épocas donde las personas más se trasladan a lugares donde se pueden infectar, es decir, donde más opción existe de tener mercado comprador”
Pues teniendo en cuenta que la creación de medicinas es más un negocio que una forma de ayudar a la humanidad, no se me hizo disparatado esta teoría conspirativa, pero existen dos puntos en contra de mi esposa y a favor de mis amigos de Dolex.
El primero los brotes de chincungunya aparecieron por primera vez en Tanzania en 1952 (OMS) y el Zika en Uganda en 1947. El acetaminofén fue puesto a la venta hasta 1955. Los primeros casos en Colombia se reportaron en octubre de 2015 para el Zika. Pero se esparcieron en diciembre, claro está, por el éxodo de personas a vacacionar en climas cálidos. Ya que el insecto que lo trasmite, no vive a más de 2.200 m.s.n.m. Similar al chincongunya, pero en el 2014.
Y el segundo que se puede usar para concluir, dice que estas enfermedades que afortunadamente no son mortales, se esparcen gracias a la falta de medidas preventivas de las personas que hacen caso omiso a las recomendaciones de los entes de control. Volviéndose un negocio para no solo las farmacéuticas sino para otras empresas como la de repelentes, que agotaron productos al inicio del 2015 gracias al Chincungunya. Responsable final: nosotros mismos.
